Hace una semana leí en el Informador de Martorell una carta al director de un inmigrante que se quejaba amargamente de los problemas que tenía para encontrar una vivienda, debido según él, al acento extranjero que tenía. Debe ser duro vivir una situación como esta y desde aquí quisiera mostrarle todo mi apoyo en su causa, ya que todos tenemos derecho a una vivienda digna, me solidarizo por tanto con esta persona y con todas aquellas que viven una situación similar. De todos modos, también quisiera hacer un apunte para que quienes lean esta carta, al menos reflexionen y de corazón determinen si vivimos en una sociedad racista o no. Después de leer el escrito de esta persona en cuestión, puedo pensar que el 80% de la población de Martorell es racista, ya que según comentaba esta persona, la negativa por parte del dueño no era un caso aislado y le sucedía cada vez que llamaba a algún propietario. Es cierto que si un español y un extranjero quieren el mismo piso, seguramente el propietario se lo dará al español (o catalán). También es cierto, sin embargo, que si un español y un extranjero van al ayuntamiento con la intención de montar el mismo negocio, no tendrán el mismo trato por parte de las autoridades. Es de todo sabido que por parte de la concejalía de comercio, se le da un trato de favor siempre al extranjero en detrimento de quien no lo es. Es una realidad que a los comercios regentados por extranjeros (en su mayoría árabes) en Martorell, no pagan los mismos impuestos que el resto. Por esa misma razón hay barrios enteros donde en los últimos tres años y medio el 80% de los comercios que han abierto son de extranjeros y por el contrario el 90% de los negocios que han cerrado son de Españoles. Den un paseo por El Plà, can carreras o el solarium y hagan cuentas. Otra muestra de racismo por parte de quienes nos gobiernan es el doble rasero de medir que hay a la hora de multar a los comerciantes y los motivos de las denuncias. Conozco personalmente el caso de un propietario de un negocio (Español) que ha tenido que ir a juicio, por que le denunció la Guardia Urbana por aparcar en SU propio vado y no ha escatimado dinero en abogados para defender lo que legítimamente es suyo. También conozco por otra parte casos de pequeños empresarios que han sido multados o apercibidos de multa por no rotular en Català o por pasarse medio palmo en las medidas del mostrador. Si usted, comerciante (español o catalán) se pasa un milímetro las normas le multarán. Ahora bien, si al lado de su negocio abre una tienda un inmigrante y le da por abrir hasta las doce de la noche e incluso los domingos, no se le ocurra quejarse porque le llamarán racista y poco solidario. Si al inmigrante, con licencia de frutería, le apetece añadir electrodomésticos o prendas de fruta a su surtido ni se lo ocurra quejarse a las autoridades, puesto que será usted un retrógrado, un fascista y un necio. Lo único que conseguirá es que le multen a usted, porque si a las autoridades municipales se les ocurre, tan solo apercibir verbalmente al pobre comerciante extranjero que sin querer incumple las leyes de comercio e igualdad, les llamarán racistas y está claro que sus principios les impiden hacer nada que pueda perjudicar a un inmigrante. A uno que no lo sea, les da igual, porque no hay medallas de solidaridad en juego. No se puede aplicar a un colectivo el comportamiento personal de un sujeto. No con ello quiero decir que todos los inmigrantes incumplan las leyes de comercio, pero si ustedes se dan una vuelta un domingo tarde, comprobarán que “casualmente” hay ocho tiendas abiertas y “casualmente” todas están regentadas por inmigrantes. Que sepa yo, los únicos comercios que tienen licencia para abrir en domingo son los bares, el Opencor (paga un impuesto especial para ello) y la gasolinera del Plà. ¿Qué hace el concejal de comercio al respecto? ¿Por qué la Guardia Urbana no actúa contra el libertinaje de horarios por parte de determinados colectivos de inmigrantes? ¿Por qué consiente que haya comercios que vendan lo que les apetezca, independientemente de la licencia que tenga y a otros les multan por vender tabaco? ¿Por qué no publica el señor concejal de comercio el listado de los comercios que han abierto en su mandato y los que han cerrado, con los datos y nacionalidad de sus propietarios? ¿Porque no publica el señor concejal de comercio los datos de los regímenes de impuestos que pagan todos los comerciantes de Martorell? No va a dar los datos porque no le interesa que la gente sepa que de verdad hay un doble rasero de medir a la hora de tributar a la hacienda municipal y sin ánimo de crispar ni de buscar polémicas, estoy denunciando algo que nos afecta a todos, Españoles y Catalanes, de izquierdas o de derechas. Es cierto que si un español o catalán y un extranjero quieren el mismo piso, seguramente el propietario se lo dará al español (o catalán). También es cierto que si una pareja joven de españoles con un niño pequeño y una de inmigrantes han de disputarse una plaza de guardería, el niño extranjero tendrá preferencia a la hora de hacerse con la misma. No es una opinión, es un hecho. Tengo una hijo de 10 años y conozco muchas parejas que tienen niños en edad de guardería y conozco 16 niños que se quedaron sin plaza este año, todos ellos hijos de Españoles o Catalanes, mientras que no conozco ningún caso de inmigrantes que se hayan quedado sin plaza o no reciban la ayuda para el comedor. Conozco, dentro de estos dieciséis niños, el caso de dos madres separadas que están en juicios por no recibir la pensión, que no han podido llevar al niño a la guardería al no poder pagar los 400 euros que le cobran y también conozco el caso de familias de inmigrantes que con una economía mucho más desahogada, no han tenido problemas a la hora de acceder a la plaza de guardería municipal. Otra injusticia más es el trato de favor que reciben los inmigrantes en Martorell, tanto en el hospital como en el ambulatorio. Una vez estaba yo con mi pareja, que tenía la mano hinchada por un accidente doméstico y llevábamos 2 horas esperando a que nos llamaran. Estaba también esperando una familia marroquí y cuando llevaban media hora esperando el padre se levantó, pegó un sonoro puñetazo en el mostrado y empezó a llamar racistas a los trabajadores del centro, gritando a pleno pulmón y no pasaron ni 5 minutos hasta que le atendieron. Servidor, como es normal se quejó y uno de los empleados que atienden en el mostrador nos dijo que tenían órdenes tanto de la concejalía de sanidad, como de la de servicios sociales para que en caso de surgir un problema de este tipo, evitaran polémicas y les atendieran de seguida. Además, también nos dijo el chico que en muchas ocasiones, familias marroquíes se habían negado a ser atendidas por una doctora, porque al árabe en cuestión sus ideas le impiden que una mujer le pusiera la mano encima. También existe el mismo caso a la inversa, en situaciones en las que el árabe se negaba a que su mujer fuera atendida por un ginecólogo hombre. No quiero que me malinterpreten y no podemos decir que todos los marroquíes son unos retrógrados y unos intolerantes por casos puntuales como éste. De la misma manera tampoco podemos decir que porque un determinado número de propietarios no quieran alquilar su piso a inmigrantes, tengamos que decir que los martorellenses somos racistas. Intolerantes hay en todas partes aunque a veces sólo nos vendas los de un lado, ya que si denuncias al otro lado te van a acusar de racista y de tener prejuicios. Hay que mirarse a veces el ombligo para darse cuenta que no se pueden solucionar los problemas bajándote los pantalones como hace el gobierno de Martorell que tiene dos varas de medir en función de si ayudar a uno da votos y al otro no te da nada. Un socialista cabreado y que no los piensa votar mas. J.I.P. |